Es normal que los niños se nieguen al principio, con un poco de paciencia y estos consejos seguro que nuestros peques colaborarán y haremos de las tareas una manera divertida de ayudar en casa y no una obligación.
Estas ideas nos propone M. J. PÉREZ-BARCO autor del artículo publicado en ABC:
- Los padres no deben realizar las tareas que han asignado al niño en casa sino acompañarle. Conviene que se pongan las manos detrás de la espalda y agarrárselas.
- Pedirle que realice las tareas que sea capaz de hacer.
- El adulto debe expresarse en positivo y mostrar los beneficios de colaborar en casa. Los refuerzos tienen que ser inmediatos y ante cualquier avance y esfuerzo que haga el niño por pequeño que sea.
- Enseñar de forma directa, explicando claramente lo que tiene que hacer y cómo.
- Deberá hacer tareas relacionados con sus pertenencias y sus cosas.
- Establecer un tiempo límite, clave para el medir el esfuerzo personal y valía.
- Escribir sus responsabilidades y tareas en un plafón ayuda a recordar y refuerza la autonomía personal.
- Los padres deben ser sus guías.
- No pedir realizar las tareas si hay barreras emocionales (enfado, rabia...). Primero hay que solucionar la situación.
- Paciencia, constancia y ser un modelo son las claves que tendrán que seguir los adultos en estas enseñanzas.
Así, se consiguen muchos beneficios: más tiempo libre para disfrutar individualmente o en familia, para descansar, se alivian tensiones y sobrecargas, todos aprenden a ser responsables, fomenta cierta disciplina que mejora la convivencia en el hogar... Los adultos pueden entender todos estos argumentos y razonamientos. A los más pequeños hay que inculcárselos poco a poco y llevarles de la mano.
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